En mi caso, aprendí a programar primero en Turbo Pascal, primer año en la Universidad. Recuerdo que me dieron un práctico de 30 algoritmos y teníamos que elaborar el diagrama de flujo y codificarlo en Pascal, tan sólo vi el primer ejercicio que era para saber si un número es par, de ahí vi más dificultades en los demás ejercicios, pues no hice el práctico... Llegando a clases pregunté a un compañero si hizo el práctico y me dijo "Sí", pues me sentía tan mal porque él había realizado los ejercicios en su mayoría y fue entonces que yo le pregunte: ¿Cómo hiciste el primero? y respondió: Divide el número entre 2 y si el residuo es 0, entonces es par y si es 1, es impar, "facilingo" (fácil para él en ese momento). Por tal razón empecé a "comerme" los libros que tenía de Pascal 6.0 y 7.0 de Luis Joyanes Aguilar más el de Fundamentos de Programación que por cierto este libro lo recomiendo cuando están iniciando en este mundo hermoso de la Programación y de esta manera pude realizar los 30 algoritmos pero ya no tenía ponderación alguna, sólo los hice para ver el avance que tenía YO en la programación.
En este largo camino en Turbo Pascal, encontré a buenos amigos apasionados de este producto de Borland, con quienes compartimos código, ideas y compiladores por muchos años. En el siguiente año empecé con Delphi, que vino a ser el equivalente a Turbo Pascal para Windows y nos enfrascamos en aprender cómo programar bajo la interfaz gráfica. Pude ver Delphi 3.0 en 1998 y quedé francamente sorprendido por las posibilidades del sistema. Usé la versión 3, 4, 5, 6, 7. Conjuntamente fui programando con C++ Builder y Visual Basic 6.0, ya sólo me interesaba programas y/o aplicaciones orientadas a objetos y no estructurado.
Hace unos 4 años, si la memoria no
me falla, Codegear, una empresa subsidiaria de Borland, vendió sus
herramientas de desarrollo y programación a la empresa Embarcadero, ahora es la compañía que distribuye y sigue soportando el
desarrollo de las nuevas versiones de Delphi. Desafortunadamente, veo
con cierta tristeza que mi lenguaje de programación favorito ya no tiene
el volumen de personas que se ocupan de él e incluso el proyecto de mi tesis fue desarrollado en Delphi 7.0. Digamos que el interés por
Delphi, con estos cambios de empresas una y otra vez, ha desilusionado a
muchos y es claro que cada vez parece haber menos apoyo. Y es una
lástima, porque Delphi ha demostrado ser una gran herramienta, basada en
el original Pascal de Niklaus Wirth y supercargado con toda la programación orientada a objetos.
Si algo anda mal con Delphi es que las editoriales norteamericanas que se dedican a publicar libros de programación, hacen muchos años que no sabemos de un libro de programación en Delphicito.
Si algo anda mal con Delphi es que las editoriales norteamericanas que se dedican a publicar libros de programación, hacen muchos años que no sabemos de un libro de programación en Delphicito.
De ahí con la aparición de la primera versión estable de .NET en 2002, he empezado a usar esta herramienta para el desarrollo de aplicaciones.
El
punto es que uno toma decisiones en el pasado, por ejemplo, la que yo
tomé, de programar en Turbo Pascal, aunque pude haber elegido otra
plataforma de desarrollo, quizás C y
creo que por muchos años disfruté de una de las herramientas mejor
escritas en este mundillo de la programación.
Así pues, si hay alguna moraleja en esta historia sería la de tomar el estudio de diversos lenguajes de programación al mismo tiempo, por ejemplo Java y C. De hecho, su sintaxis es parecida y eso haría la curva de aprendizaje mucho más rápida, y es que con la experiencia de lenguajes anteriores, muchos conceptos se entienden mucho más rápido. No obstante esto, es claro que los lenguajes de programación parecen tener un ciclo como las personas: nacen, crecen y mueren (no se reproducen).
En cualquiera de los casos, pienso que a pesar de todo, esto da oportunidad a aprender nuevas herramientas, nuevos paradigmas y seguir aprendiendo, cuestión que finalmente siempre me ha parecido uno de los más extraordinarios goces en el ser humano: el del descubrir cómo funcionan las cosas y cómo hacerlas mejor, así como entender conceptos que quizás hemos pasado por alto por mucho tiempo. Quizás entonces, no todo está perdido.
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